Legado perdido de los Faraones/Dioses, «no humanos».
Cada vez tenemos más clara la existencia de gigantes en el Egipto prehistórico y en otros lugares por igual del mundo. Además, cuanta más exploración, más indicios de registros no actualizados en nuestros libros de historia.
Es posible que muchas investigaciones y restos encontrados no tengan nada que ver con la misteriosa parte perdida de nuestra historia, pero en otros muchos casos sí y estos son los que más nos interesa reseñar en este artículo.
Incluso en muchos casos, podemos arrojar luz nueva sobre cómo se extrajeron y colocaron piedras tan grandes en lugares imposibles, ya que solo otros tipos de razas con una tecnología mucho más avanzada, podrían haber logrado una tarea tan gigantesca en un pasado no tan distante. Cómo movieron los humanos bloques de toneladas de peso al construir las pirámides? Esa y otras preguntas nos han llevado a cuestionar la existencia de gigantes en el Antiguo Egipto.
La historia nos ha llevado a pensar una y otra vez que los gobernantes de la antigua Kemet (nombre antiguo de Egipto, que significa «tierra negra») no eran humanos comunes. Mucho se ha hablado de esos seres con cráneos alargados, otros los describen como seres muy espirituales y otros como auténticos gigantes.
Mitos y leyendas se encuentran cada vez más por todo el mundo, dentro de excavaciones o lugares sagrados, unas historias basadas en una época en que nada era como ahora, una fase de nuestra civilización realmente escondido y manipulada hasta nuestros días. Una de estas historias nos lleva en retroceso hasta el año 820 d.C.Un viaje en los días de la gloriosa ciudad de Bagdad, reino de famosos Sultanes.
Uno de los más conocidos y famosos era el gran El-Rashid, conocido en las epopeyas de las mil y una noches. nos cuentan los escritos antiguos que el sultán El-Rashid Al-Ma’mun, decidió llegar a Egipto y abrir la Gran Pirámide. Le habían dicho que había sido construido por gigantes que venían de otros Reinos detrás de nuestra cúpula de protección planetaria y que incluso estos tenían relación con un tipo de intraterrenos que esa época estaban en contacto con el ser humano existente, unos seres venidos de otros mundos pues a los que llamaban «Sheddai», o seres sobrehumanos y que dentro de esas pirámides en la planicie de Ghiza y en muchas otras, habían almacenado un gran tesoro más allá del conocimiento del hombre.
Está escrito en los libros de historia que en el año 832 d.C., Al-Ma’mun viajó a Egipto y fue el primero en explorar la Gran Pirámide en una época en la que todavía estaba cubierta de piedra caliza blanca, sin embargo, nada se dice de esos seres llamados «Sheddai», con lo que todo sigue siendo un misterio que continúa hasta el día de hoy.
Según algunos investigadores, este nombre se podría estar refiriendo a otro nombre, el de Shemsu Hor, o Seguidores de Horus, mientras que otros dicen que podría referirse a Shaddād bin ‘Ad (Rey de Ad), quien se creía que era el rey de la ciudad árabe pérdida de Iram de los Pilares, un relato del cual se menciona en la Sura 89 del Corán, curiosamente un Rey al que muchos llamaban el gigante.Hablando de otra cosa, El Akhbār al-zamān o también conocido como El Libro de las Maravillas (hacia el 900 – 1100 d. C.), es una compilación árabe de tradiciones antiguas en Egipto y el mundo prediluviano.
Este libro afirma que la gente de ‘Ad eran gigantes, por lo que Shaddad podría ser uno de ellos. Se dice que construyó los monumentos de Dahshur con las piedras que habían sido talladas en la época de su padre.Mas leyendas nos cuentan que antes de eso, el gigante Harjit había comenzado su construcción. En una fecha posterior, Qofṭarīm, otro gigante, colocó secretos en las pirámides de Dahshur y otras pirámides, para imitar lo que se había hecho antes.
Fundó la ciudad de Dendera, famosa por su Zodiaco, el cual además de tener encriptados parte del significado del Domo, nos mostraría enigmas de la Tierra Plana. Dashur consiste en la pirámide roja y la pirámide doblada construidas durante el reinado del faraón Sneferu (2613-2589 a. C.). En el otro lado, Dendera consta de pilares muy decorados dedicados a la Diosa Hathor.El texto también menciona que la ciudad de Memphis fue construida por un grupo de gigantes que vivieron después del Gran Diluvio y sirvieron al rey Misraim, quien también era conocido como gigante.
Incluso más tarde, describe el trabajo de más de estos colosos, una de sus citas dice “Adīm era un gigante, con una fuerza insuperable y el más grande de los hombres, este ordenó la extracción de rocas y su transporte para construir pirámides, como se había hecho en tiempos pasados”.
Será que quizás eran gigantes los seguidores de Horus? Se cree que los seguidores de Horus, podrían haber creado el montículo principal de Giza mucho antes que los faraones y estos podrían ser parte de esos gigantes. Esto se cree porque, a finales del IV milenio antes de Cristo, los llamados Discípulos de Horus eran una poderosa aristocracia que gobernaba Egipto. Hacia el final del IV milenio antes de Cristo, el pueblo conocido como los Discípulos de Horus aparece como una aristocracia altamente dominante que gobernaba todo Egipto.
La teoría de la existencia de esta raza se sustenta en el descubrimiento en las tumbas predinásticas, en la parte norte del Alto Egipto, de los restos anatómicos de individuos con cráneos y complexiones más grandes que la población nativa, con tanta diferencia que excluye cualquier hipotético cepa racial común.
La teoría sobre su existencia está respaldada por el descubrimiento de tumbas predinásticas al norte del Alto Egipto. De los restos, los arqueólogos encontraron cráneos y se destacan construcciones mucho más grandes que el resto. La diferencia es tal que se descarta cualquier tipo de estirpe racial común.
De hecho, científicos e investigadores que exploraron Saqqara en la década de 1930, descubrieron los restos predinásticos. Se constató en dichas exploraciones que los restos anormalmente grandes pertenecían a personas con cabello rubio y una tez mucho más robusta.
Se certificó que la cepa no era originaria de Egipto, pero que era muy importante en el gobierno de Egipto. Descubrieron que este grupo solo se mezclaba con otras aristocracias igualmente importantes y se creía que eran parte de los Seguidores de Horus.
Uno de ellos fue Khasekhemui, el último gobernante de la Segunda Dinastía de Egipto, con epicentro cerca de Abydos. Estuvo presente en la construcción de Hierakonpolis, la capital predinástica.
Fue enterrado en la necrópolis de Umm el-Qa’ab. Su tumba de piedra caliza fue investigada en 2001, sorprendiendo a los expertos por la calidad de la construcción en comparación con la pirámide escalonada de Djoser en Saqqara, que data de principios de la Tercera Dinastía.
Los restos de Khasekhemui nunca se encontraron. Solo como dato, en las últimas excavaciones en el sitio, se encontraron evidencias del siglo III a.C., de que el faraón alcanzaba casi los 2,5 metros de altura.La tercera dinastía fue la responsable de la construcción de la pirámide escalonada de Saqqara, construida con otros templos del complejo. Djoser, quien estaba a cargo de enterrar a Khasekhemui, quien se sospecha que es su hijo, gobernó Saqqara durante la construcción de la pirámide.
Dentro de este complejo, fue posible fotografiar una pintura de un gigante que claramente parecía tener un cráneo alargado. Sin embargo, esto podría ser una representación de esqueletos que fueron excavados en la década de 1930 de individuos con cráneos y complexiones grandes.En 1895 y 1896, los periódicos del mundo publicaron una extraña historia sobre una fotografía del Templo de Isis. La primera vez que apareció el artículo fue en el Arizona Silver Belt, el 16 de noviembre de 1895, bajo el título «Gigantes egipcios prehistóricos».
El artículo decía lo siguiente:“En 1881, cuando el profesor Timmerman se dedicaba a explorar las ruinas de un antiguo templo de Isis a orillas del Nilo, a 16 millas por debajo de Najar Djfard, abrió una hilera de tumbas en las que había sido enterrada una raza prehistórica de gigantes. El esqueleto más pequeño de unos 60 y tantos, que fueron examinados durante el tiempo que Timmerman estaba excavando en Najar Djfard, medía dos metros y medio de largo y el más grande, tres metros y medio con una pulgada.
Se descubrieron grandes cantidades de tablillas conmemorativas, pero no había ningún registro que insinuara siquiera que estuvieran en la memoria de hombres de tamaño extraordinario. Se cree que las tumbas datan del año 1043 a. C.»Según un periódico alemán, un millonario propietario de un club nocturno suizo, tomó varias fotos de un dedo gigante momificado a fines de la década de 1980.
El propietario era un ladrón de tumbas jubilado que vivía en Bir Hooker, cerca de la ciudad de Sadat, a unos 100 kilómetros de El Cairo.El dedo tenía 35 centímetros de largo, por lo que pertenecía a alguien que fácilmente superaba los 4 metros de altura. Sin embargo, este hallazgo apenas se hizo público en 2012, 24 años después y, desde entonces, no se ha hecho oficial.
El dedo fue encontrado hace 150 años y pertenecía a la familia del propietario, quien se tomó la molestia de hacer una radiografía del dedo para confirmar su autenticidad. Según algunos investigadores, los ataúdes gigantes son prueba de gigantes en Egipto.
Aunque simplemente podría darse el caso de que los hicieran más grandes de lo necesario para impresionar a los demás o para dejar en claro a los dioses en la otra vida que eran de la familia real. Por otro lado, hay algunos relatos de gigantismo en el registro histórico, Egipto también. Muchos esqueletos y momias inusualmente grandes podrían ser solo un ejemplo de gigantismo. Pero muchos han lanzado preguntas como si no tuvieran signos de irregularidad pituitaria.
Todo esto y mucho mas, nos lleva como siempre a mil hipótesis y tesituras de lo que es real o no, pero si es cierto que dentro de la historia moderna, muchas cosas no nos cuadran y sobre todo las más potentes siempre son escondidas o vilipendiadas.
Existieron o no esa razas gigante, eran de aquí, era de otro Reino o Domo, venían del mundo intraterreno? Muchas preguntas y casi ninguna respuesta oficial claro y esto me hace pensar como de costumbre que hay «gato encerrado»
– Karles Toràh –
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